domingo, 2 de junio de 2013

Sacrificios de última hora

A veces me pregunto si será algo normal en las personas el hecho de dejar todo para el último momento. Usualmente ser de aquel tipo de persona, pero hoy me he dado cuenta que estoy llegando al extremo.

El solo hecho de redactar este post a las 23:10 horas del día domingo, día en el que suelo publicar mis posts, me ha hecho darme cuenta de la triste y dolorosa realidad: mi vida está desordenada. No solo he dejado este post para el final, si no también el lavado de mi ropa, la limpieza de mi cuarto, la preparación de la cena y mi informe profesional para obtener mi título.

Creo que la desesperación me ha hecho entrar en un momento de inspiración y de optimismo extremo, o tal vez solo sea el café actuando y proporcionándome una alta dosis de energía haciéndome creer que soy todopoderoso.

Soy una persona optimista y se que todo se puede hacer si se tiene dedicación y entusiasmo. Sin embargo, analizando mi vida me he dado cuenta que no me estoy dedicando a nada en absoluto. No me malinterpreten, no es que no esté haciendo nada y este vagando todo el día, si no es el hecho que a pesar de tener muchas cosas que hacer, no les estoy dando ni el tiempo ni el entusiasmo necesario para terminarlas, lo cual tiene como consecuencia que muchas de esas cosas las haga a última hora.

Me he dado cuenta de aquello y estoy contra el reloj, he ideado en mi cabeza un plan perfecto con el cual podré, en teoría cumplir con mis objetivos antes del 14 de este mes, el cual consiste en ordenar mi vida y sacrificarlo todo. Tal vez sea algo tarde, pero nunca es tarde si se pone el esfuerzo necesario. Espero conseguir cumplir con todos mis pendientes antes del 14 de junio y tal vez el día del padre escribiré lo genial que siente terminar algo.

1 comentario:

  1. Me suele suceder que bajo presión (teniendo las horas contadas) es cuando más creativa soy.

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