Que no daría por desconectarme del mundo al menos un día. Y a pesar que es uno de mis tantos deseos, no puedo cumplirlo, siendo la prueba de ello este post. Imagino que muchos de ustedes, que en este momento están leyendo mi pésima redacción llena de errores ortográficos, pensaran que desconectarse del mundo es fácil, pero déjenme ponerlo de la siguiente manera: ¿Acaso es posible apagar su celular durante todo un día? ¿Son capaces de no usar Facebook al menos por un par de horas? ¿Piensan no ver las noticias, o su programa favorito? ¿O leer los titulares en los periódicos en línea? Sean sinceros con ustedes mismos, para muchos de nosotros es imposible, y no por que se haya convertido en un vicio, lo cual es cierto en el caso de algunas personas, si no porque ahora se ha vuelto una necesidad.
Muchas personas trabajan conectadas a Internet, algunos reciben un sueldo solo por el hecho de estar disponibles para contestar sus correos o responder llamadas en sus teléfonos celulares. Otros viven de subir información a Internet, o manejan sus empresas de manera remota. Hay personas que reciben dinero por controlar cuentas de redes sociales y otros personas, como yo, escriben sus ideas más extrañas en un blog.
Todas estas ideas raras que cruzaron mi mente el domingo por la mañana mientras comía una butifarra hecha en casa, me han hecho recordar las palabras que un amigo me dijo mientras almorzábamos hace unas semanas: "Los nuevos ricos son aquellos que se pueden dar el lujo de desconectarse cuando quieran". Y es que antes el estar conectado a la "nube" era un lujo, el privilegio de unos pocos y una forma de decir que lo tenías todo. Esto ha cambiado y con el paso de los años el acceso se ha estado masificando. Ahora es normal estar conectado y se considera un derecho en muchos países, tanto así que el gobierno impulsa proyectos para conectar a la gente de zonas rurales a la gran nube de información.
Sin embargo, el hecho de esta conexión masiva a la nube tiene su lado oscuro. Es más fácil estar en peligro, estar expuesto y a veces tengo la impresión que lo único privado que tengo son los pensamientos en mi mente. Además la tecnología, la cual hace más "simple" nuestras vidas, en muchos casos vuelve dependientes a las personas, quienes en poco tiempo olvidan como era hace unos años cuando nada de esto existía.
La pregunta es si realmente es bueno, si es bueno que un niño use una calculadora en la escuela primaria, o que tenga su primer teléfono celular a los 6 años, o que utilice una tablet para jugar en la escuela incial. Tal vez estamos creando una generación de personas que solo sepan hacer cosas de manera mecánica y no sean capaces de razonar y encontrar soluciones simples a problemas complejos.
Hace años el más fuerte era el que lideraba el mundo, eso ha cambiado. Tal vez no estén de acuerdo conmigo, pero los nuevos líderes serán aquellos que sepan como controlar la red, sean capaces de desconectarse cuando quieran y entiendan el nuevo flujo que domina esta nueva era. Un era en que la información fluye de manera más rápida, en que casi todo el mundo está conectado y en el que la nube se ha vuelto el nuevo territorio a colonizar. Al parecer quien domine la nube, dominará el mundo.
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